Estos costes pueden permanecer constantes o pueden variar en función del tiempo (p. ej., el coste correspondiente a un retraso en la
entrega durante una estación del año puede ser mayor que este mismo
coste en otra época, o en función del número de unidades (p. ej:, el
coste de almacenamiento por unidad puede variar con el número de
unidades almacenadas).
Además de las variables relativas al coste, hay que tener en cuenta
otras dos clases importantes de variables: las de la demanda y las de
los pedidos.
- Variables relativas a la demanda.—La demanda puede ser conocida o desconocida. En el primer caso, puede ser constante o variable por unidad de tiempo. Las cantidades de mercancías pueden tener valores discretos (p. ej., número de automóviles) o continuos (p. ej., número de toneladas de petróleo). Además, la retirada de mercancías de almacén puede ser discontinua en el tiempo (como la venta de helados en los campos de fútbol) o continua (la venta de helados en un aeropuerto). Por último, también puede ser constante o variable el ritmo de las retiradas de almacén.
- Variables relativas a los pedidos.—El plazo de entrega puede ser instantáneo (p. ej., un pedido de leche en un almacén) o puede ser considerable. Los momentos en los que se hacen los pedidos pueden ser fijos o variables. La entrega de mercancías a almacén puede hacerse en cantidades discretas o continuas y constantes o variables. Por último, las llegadas a almacén pueden ser continuas o discretas y hacerse a un ritmo constante o variable. Son posibles muchos otros tipos de combinaciones, pero los enumerados dan ya lugar a varios miles de problemas posibles. Las características enumeradas se presentan en el cuadro 8-1 de forma que quede identificado cada problema tipo.
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