Durante la transportación, el envase debe garantizar la protección del producto de las caídas, choques y vibraciones, que en general provocan daños mecánicos; por tanto, debe prestarse atención al uso de medios que aseguren la carga, fundamentalmente para las mercancías frágiles.
El envase debe ser neutro, es decir, que el material que lo constituye y el recipiente en sí mismo, sean compatibles con los productos que contiene. Esta es una propiedad que debe tener el envase para evitar interacciones indeseables.
- Por otra parte, el envase debe garantizar la protección de los productos contra personas ajenas, que pueden tratar de extraer mercancías sin la debida autorización. Además, el envase debe evitar cualquier tipo de riesgo biológico, como el contacto de la mercancía con roedores, insectos o cualquier otro animal.
- La función de preservar el producto está dada por la necesidad de proteger la integridad física del mismo y mantener las características de calidad, que permiten su utilización para lo que fue diseñado y producido.
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