La mezcla de polvos con el grano almacenado entraña un riesgo potencial para la salud, por lo que no es recomendable, a no ser que se utilice un insecticida muy inocuo y haya que consumir el grano sólo después de un prolongado periodo de almacenamiento.
El rociado o espolvoreado de los estratos de sacos con insecticidas es menos peligroso para las personas, pero no siempre resulta muy eficaz. No obstante, últimamente, con la aplicación de pirimifos-metilo (como concentrado emulsionable, Actelic 50 ec) sin diluir (50 EC) en dosis de 2 ó 3 pasadas por saco, con un aplicador doméstico sencillo, se eliminaron casi completamente los gorgojos en sacos de maíz muy infestados, y se mantuvo controlada la población a un nivel muy bajo incluso después de ocho meses. Pero la aplicación de insecticidas no diluidos constituye siempre un peligro.
Por último, el método más satisfactorio de eliminación y control de insectos en granos ensacados es el de la fumigación que consiste en liberar un gas entre los sacos, tras haberlos cubierto con una tela impermeable, manteniéndola adherida al suelo mediante «serpientes de arena o una cadena pesada envuelta en arpillera. Hay que dejar la pila cubierta por lo menos durante tres días.
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